Ya. Puede que sea un poco rara. Un día me verás llorando por los suelos,
y al siguiente dando saltos de alegría en lo más alto. Por las tardes
puedo ser la más odiosa que conozcas y por las mañanas la más
encantadora. Mis sonrisas te pueden embobar, pero tengo miradas que
espantan. Habrá días que estaré 24 h contigo, abrazándote, agobiándote,
haciéndote reír. Otros, sin embargo, notarás que no estoy aquí, que nada
me incumbe y nadie tiene que ver conmigo, esos días te aconsejo que no
te esfuerces ni en tocarme. Con el tiempo verás que soy de extremos, que
conmigo es blanco o negro, que el gris para mí no existe: o te quiero o
te odio, o algo me gusta o no puedo ni verlo, o me da igual todo o todo
me influye. También te darás cuenta de que me doy entera a todo, que
las cosas, cuando decido hacerlas, las hago dando todo de mi, dejando en
ellas sudor y lágrimas. Que cuando lloro, lloro hasta soltar la última
lágrima, que cuando río, se me sale toda la fuerza en cada carcajada,
que cuando me enfado, lo hago con toda mi energía, que cuando grito, me
dejo la garganta y que cuando beso, lo hago como si fuera la última vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario