Definir un tipo de sentimiento puede llegar a ser muy complicado. Cuando
quieres a tu madre, a tu padre, a un amigo o en definitiva a cualquier familiar
o amistad se trata de un tipo de querer totalmente distinto al que sientes
cuando llega alguien especial a tu vida.
Empieza siendo una persona que te agrada, que te cae bien, luego le
vas cogiendo cariño, incluso a veces le echas de menos, hasta que empiezas a
tener pequeños roces en los que dejas de hablarle, algo que hace que lo añores
aún más.
Justamente un día como el de hoy, en el que tú estás leyendo estas
palabras, hace dos años y dos meses empecé a salir con una persona que me ha
hecho sentir cosas que nunca había sentido por nadie, es difícil definirlo o
quizás simplemente tenga miedo de hacerlo.
Creo en las posibilidades, en las oportunidades, en
el futuro, en el destino, porque el destino a veces puede llegar a ser cruel
pero ese mismo destino lo cambian las personas y las personas no tenemos
barreras, sólo las que nosotros nos ponemos.
¿Quién dijo que la perfección existe? La perfección
aburre y por eso somos imperfectos.
Para encender una fogata sólo hace falta una
chispa, y si dos chispas se encienden tendrás una gran fogata. Nadie lo ha
impedido, nadie lo puede impedir, el fuego está encendido.
En todo este tiempo que llevo conociéndote he
aprendido a tragarme mi orgullo, a dejar la vergüenza a un lado, a ser más abierta
y todo eso te lo debo a ti.
Y además me he dado cuenta de una cosa, y es que en
mis años de vida, jamás había pensado tanto en nadie como contigo, jamás me
había puesto tan nerviosa al hablar con nadie como contigo, jamás había
suspirado por nadie, jamás me habían sacado una sonrisa con apenas dos
palabras, y son esas dos mismas palabras las que definen el tipo de sentimiento
que tengo hacia ti.
Recuerda que el destino lo cambian las personas y
yo, como ser humano que soy estoy dispuesta a cambiarlo contigo.
Te quiero y te amo… 07.07.2012